Otra vez, Manuela Carmena y sus muchach@s, están planteándose como Ayuntamiento, un nuevo reconocimiento y respaldo a la oposición venezolana. El caso es que yo no creo que la alcaldesa de Madrid haga con agrado ese juego de apoyo a la oligarquía venezolana para perjudicar a un Gobierno del pueblo. Me consta que todo el conglomerado podemita está jugando este horrible papelón táctico, por el que tratan de evitar que se les relacione con el Gobierno venezolano internacionalmente demonizado por la gracia de los mass-media. La alcaldesa y su entorno tienen pánico a dejar de pescar “votos-ilusos”. Que son esos que emanan de las cadenas televisivas 4 y 6 y de otros medios por el estilo, cuyas buenas gentes, que los ven y los oyen, creen que son consecuentes trincheras de izquierdas.
Ciertamente que Carmena y su Ayuntamiento de Madrid, parece ser que socialmente, están haciendo cosas que están bien, y sobre todo mejores que las que hacía Ana Botella. Pero eso será “pan para hoy y hambre para mañana”, si no hay coherencia en las posturas a tomar con lo que sucede en cualquier parte del planeta. A la gente del pueblo, que se representa, no se la puede engañar en una cuestión política como la de Venezuela.
Así una vez más, en el debate de la moción de censura en España, vimos a Rajoy envalentonado, sin cortarse un pelo y seguro de que ningún periodista de los pesebres mediáticos lo iba a tratar de burdo manipulador, fue y la soltó. Vino a decirle a Pablo Iglesias que tenía cara de Maduro y de Venezuela chavista, donde ya llevaban 72 muertos. Iglesias no dijo ni pío. Ver para creerlo; o sea, “lo nunca visto”. Claro que yo lo entrecomillo, porque sí que lo habíamos visto otras veces en tertulias, en las que “primeros espadas” del periodismo reaccionario más de derechas, como Maruenda, Inda, rojo, los representantes del PP y de Ciudadanos que participaban en todas ellas etc. una y otra vez trataban de dictadura al chavismo acusando a los de Podemos de haber colaborado con Chaves. Era desesperante y desolador ver como estos callaban o solo balbuceaban respuestas vacías.
Lo grave es, que la actitud de los dirigentes de Podemos no solo ha venido siendo cobarde, sino también equivocada: por un lado, en esa lucha injusta y desigual, cada vez que han callado han otorgado a convertir una mentira en verdad sobre lo que ocurre en Venezuela y han reforzado a la reacción de aquí y de allí dándole credibilidad. De otra manera, si Podemos hubiera defendido la verdad les habría permitido, no sólo salir en defensa de un pueblo que sufre el acoso fascista de la oligarquía venezolana, de los yanquis y de otras hierbas internacionales del mismo corte, sino que además se habrían prestigiado como serios demócratas exponiendo las razones que legitiman al Gobierno de Venezuela frente al capitalismo venezolano y al Gobierno corrupto español que les está dando todo su apoyo. Si así lo hubieran hecho, habrían conseguido que se callaran, al menos delante de ellos, pues procurarían no sacar el tema Venezuela justamente para que los españoles no oyeran otra versión diferente a la suya y mucho más creíble por venir de una organización que defiende los derechos sociales, frente al Gobierno de derechas del PP, que recorta derechos a los trabajadores y ayuda a los banqueros y alas grandes empresas.
¡Mira tú quien fue hablar!… Pues eso; mira tú quienes despotrican, echan pestes contra el chavismo y el Gobierno de Maduro y tendrás fácil respuesta de lo que ocurre en Venezuela.
En mi adolescencia recuerdo a un hombre que, en plena siega de mies, en un descanso para fumar y beber agua (habiéndose acabado de marchar el “señorito” en su caballo), les comentaba a otros segadores: “habéis oído lo que ha dicho este pájaro sobre Fidel Castro; pues si queremos saber la verdad de quien es Fidel y de lo que está ocurriendo en Cuba, hemos de imaginar que es todo lo contrario de lo que él nos ha contado”.
De modo que “blanco y en botella”… Ver quien se identifica y da soporte a la “oposición” venezolana: el Gobierno de los EE.UU., sus lacayos de ciertos gobiernos latinoamericanos, la troika y gobernantes de la U.E. (salvadores de los bancos europeos); individuos de solvencia ética y democrática como quien dijo al tesorero preso del partido; sé fuerte y ten la boca cerrada; quien se hizo la foto con Busch en las Azores y aún asegura que en Irak había armas de destrucción masiva o, quien dijo que volvería a hacer uso del terrorismo de Estado y de la cal viva. Solo por situar una escueta representación de “la flor y nata democrática”, que está en contra del Gobierno Bolivariano. Cualquier organización donde hay mucha gente honesta, (como es el caso de Podemos y su entorno) de ningún modo puede justificar su coincidencia en el tema Venezuela con estas magnas camarillas de delincuentes. Por el contrario debe defender la verdad y combatirlas.
Pero lo nunca visto también lo están viendo en Venezuela; sabemos que allí, aunque no nos lo cuente la televisión, los “demócratas” por los que da la cara Rajoy y su cuadrilla política, son los que boicotean y desvían los productos alimenticios, los que cada día están en la calle disparando, quemando hospitales, cerrando comercios con machetes y pistolas en mano; atacando mercados de distribución y llevándose toneladas de alimentos, saquean camiones de abastecimiento; llegaron a robar hasta un camión lleno de bombonas de gas y le prendieron fuego atacando una planta de gas; son los que han quemado bancos de carácter público, los que propagan listas de rojos y chavistas “a los que hay que ajustar las cuentas”. Mercenarios asalariados y niños y niñas de papá (formados para la asonada), llevan armas cortas, usan morteros y piedras, atacan estaciones de policías (e hiriendo a no pocos de ellos). Suelen ir con la cara tapada, usan máscaras antigás mejores que las que utiliza la policía, obstaculizan los viales más importantes, manejan drones y lanzan cocteles molotov constantemente haciendo retroceder, en muchas ocasiones, a una policía que no lleva armas de fuego. Las informaciones que nos llegan (no a través de los medios burgueses) nos explican sobre estas y otras muchas actuaciones.
En España, como ejemplo, sólo la rotura de los vidrios de un nido de ladrones que han estafado al pueblo (de cualquier banco) o de resistencia a la policía; es sinónimo de terrorismo, por lo que el Gobierno de Rajoy emplea a fondo, en ello, a las fuerzas “del orden” y al poder judicial.
Aquí vemos, son estos mismos los que utilizan mano dura por muy poca cosa en sus respectivos países, al mismo tiempo que tienen la desvergüenza y el cinismo de hablar de prácticas democráticas y pacifistas en Caracas y en otras ciudades, cuando son acciones de guerrilla urbana y de terror fascista contra un Gobierno legítimo. Si a cientos de manifestantes en España se les hubiese ocurrido actuar como lo vienen haciendo los “opositores” en Venezuela; a los dos días habrían sido barridos por la policía o por el ejército. En Venezuela dura ya casi cien días con casi cien muertos, provocados y ejecutados, NO por el Gobierno de Maduro, (como nos viene repitiendo la industria manipuladora miles de veces, según la teoría nazi,) sino por los amigos de Rajoy.
Los dirigentes de Podemos y la señora Carmena saben perfectamente que lo que ocurre en Venezuela, es una agresión organizada contra un Gobierno elegido democráticamente, que lo único que ha hecho ha sido quitarle “un poquito” a los ricachones y dárselo a la gente más necesitada del pueblo; un Gobierno que tiene la osadía de preconizar perspectivas socializadoras, beneficiosas para la mayoría de los venezolanos. Todo y que sobre esta cuestión, hasta el momento, han ido demasiado despacito, (según la crítica de sectores organizados allí, de la izquierda radical).
Si ahora encima, las perspectivas son más de clase, más democráticas, por las que para el 30 de julio, se emplaza al pueblo a participar de lleno en la política por el bien de sus intereses (que quizás es lo que deberían haber hecho hace mucho tiempo). Esta decisión constitucional ha sido la gota que ha colmado el vaso para que las momias oligárquicas, (no sólo de Venezuela sino de todo el continente americano y europeo) se hayan puesto histérica y estén echando mano de sus peores artes. Toda esta chusma, como en tantas otras ocasiones, no está dispuesta a permitir que les despojen de los privilegios, que hoy tienen sobre los demás. O sea, temen que el pueblo participe y ejerza su poder para distribuir el esfuerzo de aportación social y el bienestar entre toda su gente.
Y es que, el Gobierno venezolano viendo la actitud antidemocrática y cerril de la oligarquía venezolana, se le ha ocurrido echar mano de la Constitución y poner en marcha un proceso de participación para elegir un ente, aún más democrático, que será la Asamblea Constituyente. Pero para “los que os cuento” esa Constitución no es válida. Querrían una, algo así como la española posfranquista del 1978 y, sin que nadie que hubiese ganado las elecciones, se le ocurriera propugnar la vía hacía una sociedad socialista, como hizo el Gobierno de Chaves y ahora el de Maduro.
J. Estrada Cruz 27/6/2017