LA IMPORTANCIA DE LA CAJA DE RESISTENCIA

Cuando los empresarios no hacen caso de nuestras reivindicaciones y responden con indiferencia a las concentraciones, a los pliegos de recogidas de firmas, a las manifestaciones, etc., debemos considerar la huelga como legítima y necesaria. Pero, si además queremos que esta sea verdaderamente eficaz, la huelga debe cumplir con su fin, que no es otro que parar la producción o los servicios que generan los beneficios de los empresarios o accionistas.

Una vez tomada la decisión, debemos planificar minuciosamente cómo y cuándo realizar la huelga y cómo infligir el daño suficiente para doblegar el egoísmo de la patronal. Esa debe ser la tarea más importante. La mayoría de las luchas que se planifican de forma sostenida en el tiempo son las más exitosas, ya que los empresarios siempre tienen todo preparado para hacer fracasar las huelgas testimoniales de un día o dos.

La vulneración del derecho de huelga es otra de las armas con que las la patronal tratará de boicotear y hacer fracasar la huelga. Los empresarios no temen ser condenados por sustituir a las y los huelguistas por otros trabajadores o trabajadoras de subcontratas o de otras provincias, para así seguir manteniendo la producción. Lo vimos en las huelgas de Movistar, en Panrico, y en muchas más de los últimos años. Otro obstáculo que debemos enfrentar son los abusivos servicios mínimos que se decretan en aquellos sectores en que son obligatorios: salud, residencias, atención a las personas, limpieza, etc.

Por ello, cuando la mayoría de las personas necesitamos luchar por mejorar las condiciones de trabajo, debemos partir explorando el conocimiento acumulado en otras experiencias históricas exitosas, y estas nos demuestran que para acometer la lucha con garantías es necesario contar con una comunidad de apoyo, de ayuda mutua, pero, sobre todo, disponer de una caja de resistencia.

La caja de resistencia es una herramienta clave en la lucha sindical, pues permite sostener huelgas, movilizaciones y acciones prolongadas sin que las dificultades económicas desmovilicen a las trabajadoras/res. Su fortalecimiento, mediante la solidaridad activa de la clase trabajadora y el apoyo de los movimientos sociales, es una prioridad en toda huelga que sea digna de recibir ese nombre.

Nuestro sindicato así lo cree y, por ello, acordamos en nuestro último congreso empezar el proceso de debate sobre la cuestión de las cajas de resistencias. Un debate que debe ser claro, al igual que el debate sobre los límites de las finanzas sindicales.

Un primer debate que realizar es el del código ético o reglamento de una caja de resistencia, pero la complejidad de las preguntas que nos debemos formular previamente hace que en muchas ocasiones las discusiones no avancen y se estanquen.

El dinero de una caja de resistencia que garantice, por ejemplo, 50€ al día para cada huelguista, ¿debe abonarse desde el primer día? ¿Basta con la solicitud a la caja o debe demostrarse previamente una lucha sostenida y con una participación mayoritaria de la afiliación de esa empresa o sector? ¿Deben hacerse diferencias en función del número de hijos o con los que no los tienen?

Otras discusiones giran en torno a las propiedades que tiene el huelguista, o al salario de la pareja, o si están en paro todos los miembros de la unidad familiar, etc. Con lo que los debates acaban convirtiéndose en una especie de debate fiscal. Por eso, lo más sencillo es ayudar igual a todas las personas.

Lo que parece claro es que no deben hacerse diferencias por la categoría de la persona en huelga o por la localidad donde viva cada una.

El otro debate importante es sobre las finanzas del sindicato.

Ejemplo: Sindicato sectorial con 2000 personas afiliadas. Hacen huelga durante 15 días, 50 afiliadas de una empresa de 150 personas. 50 € al día por 50 afiliadas por 15 días hacen necesarios 37.500€ de la caja de resistencia, para apoyar esa huelga.

Con una cuota de 10€ mensuales x 2000 afiliadas se obtienen 20.000€ al mes. No se pueden dedicar a la caja de resistencia todos los recursos del sindicato durante meses, ni atender otras cosas como pagar abogados, locales, etc., ni se debe enfrentar a unos con otros, en el caso de que otras secciones sindicales pidan también ayuda a la caja de resistencia. Es un tema para debatir colectivamente, como corresponde a un movimiento obrero maduro y democrático. Por ello, queremos impulsar este debate y apostar por el apoyo mutuo en las luchas futuras, preparando entre todas y todos la caja de resistencia y su reglamento.

Desde la Coordinadora de Cataluña, con este escrito, queremos abrir el debate a toda la afiliación con la intención de recoger ideas y aportaciones que nos permitan realizar una propuesta a discutir en las próximas asambleas.

L’ACCIÓ